martes, 28 de diciembre de 2010

La vida según Quino

Pienso que la forma en que la vida fluye está mal. Debería ser al revés: Uno debería morir primero para salir de eso de una vez.

Luego, vivir en un asilo de ancianos hasta que te saquen cuando ya no eres tan viejo para estar ahí.

Entonces empiezas a trabajar, trabajar por cuarenta años hasta que eres lo suficientemente joven para disfrutar de tu jubilación.

Luego fiestas, parrandas, alcohol. Diversión, amantes, novios, novias, todo, hasta que estés listo para entrar a la secundaria…

Después pasas a la primaria y eres un niñ@ que se la pasa jugando sin responsabiliddes de ningún tipo…

Luego pasas a ser un bebé, y vas de nuevo al vientre materno, y ahí pasas los mejores y últimos 9 meses de tu vida flotando en un líquido tibio, hasta que tu vida se apaga en un tremendo orgasmo…

¡¡¡ESO SÍ ES VIDA!!!

lunes, 13 de diciembre de 2010

Quino III


GROSA!
Su ironia, sarcasmo,realismo y nostalgia reflejan mi visión del mundo.
Pocos artistas representan nuestras mediocres vidas como Quino con Mafalda.

Sabiduria de los grandes


Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro Magno (356-323 A.C.) -rey de
Macedonia (336-323 A.C.) conquistador del Imperio persa, y uno de los líderes
militares más importantes del mundo antiguo- convoco a sus generales y les
comunico sus tres últimos deseos:

1.- Que su ataúd fuese transportado por los más eminentes médicos de la época.

2.- Que fueran esparcidos por el camino hasta su tumba los tesoros que había
conquistado (plata, oro, piedras preciosas, etc.)

3.- Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, a la
vista de todos.

Uno de sus generales, admirado por tan insólitos deseos, le pregunto a
Alejandro cuales eran sus razones.

Alejandro explicó:

1.- Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para mostrar que ni
ellos tienen, ante la muerte, el poder de curar.

2.- Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver
que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.

3.- Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan
ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos.

Ya que no podemos evitar la muerte, busquemos y tratemos de alcanzar aquello
que si se marchara con nosotros.

Finalmente no sabemos si serán sabios o necios, los que heredaran todo el fruto de nuestro esfuerzo o afanes.

"El pueblo no debería temer a los gobernantes, los gobernantes deberían temer al pueblo"